Una de las preguntas, o de los errores que se comenten a la hora de pensar en las empresas de trabajo temporal es que, cuando entras a trabajar en una empresa, con un contrato previo por parte de una ETT que es realmente quien te contrata, no tienes los mismos derechos que un trabajador en plantilla de la empresa por esa misma salvedad, tú no estás en plantilla.

Pues bien, esto no es así, todos los trabajadores, ya sean contratados por una empresa o por una ETT, tienen los mismos derechos y la misma protección aunque en realidad muchos no lo sepan. Pero, los más de cuatro millones de trabajadores temporales que son contratados por ETT’s en toda Europa gozan de esos derechos y protección, así como también de las obligaciones que ellos tienen y que han de cumplir.

Entre esas condiciones y derechos de los que disfrutan, están: la remuneración (es decir, el pago por el trabajo que se realiza aunque en realidad quien paga es la ETT), la duración del tiempo de trabajo con sus descansos y vacaciones; la protección y derechos en caso de que sea una mujer y esté embarazada o bien con el periodo de lactancia; el uso de instalaciones que se consideren comunes (como los comedores, el transporte, las guarderías, etc.); y el acceso a la formación (algo que muchos olvidan o no saben y por ello no solicitan cursos que podrían hacerlos sin ningún problema).

De hecho, los trabajadores de una ETT tienen prioridad a la hora de obtener un puesto de trabajo si ha quedado vacante en la empresa (otro detalle que no muchos conocen y que ahora puedes ver que realmente merece la pena estar con una ETT si no encuentras nada, aunque sea de forma temporal).

Esta directiva que regula los derechos de los trabajadores de empresas de trabajo temporal está vigente desde diciembre del 2011 pero hay que tener también en cuenta que puede ocurrir que, cada país, tenga una normativa diferente ya que la directiva solo ofrece los estándares mínimos y, a través de otras regulaciones, pueden mejorarse las condiciones (nunca empeorarse).