Toda empresa de trabajo temporal, o ETT, tiene como objetivo el de fomentar el trabajo entre aquellos que están inscritos en su oficina. Esto, cuando las condiciones no son favorables, debido al desempleo, la poca actividad y otros aspectos, puede convertirse en una solución para muchos y muchas.
Sin embargo, también conviene conocer cuál es la normativa que se rige en cuanto a las empresas de trabajo temporal.
Las leyes que regulan las ETTs
Igual que ocurre en Holanda o Francia, la ley que regula las ETTs es la Ley 14/1994, la ley de las ETTs que legalizaba la cesión temporal de trabajadores a otras empresas.
Sin embargo, no es la única. Debido a que algunas empresas de trabajo temporal tenían muchos vacíos legales (y que algunas se podían aprovechar de ellos o interpretar de una manera que no era la adecuada para el trabajador), se han sucedido una serie de reformas normativas con el objetivo de aclarar la ley o bien de completarla según las necesidades del sistema español en cuanto a lo que las relaciones laborales se refiere.
Uno de los primeros cambios tuvo lugar con la Ley 35/2010 por la que se permitió a las ETTs ceder personal a las Administraciones Públicas (hasta ese momento no podían hacerlo) además de participar en actividades de alto riesgo.
Tras esa ley, vino la Ley 3/2013 donde las ETTs pudieron actuar como Agencias privadas de colocación.
Finalmente, una de las últimas leyes anexas a la principal, es la Ley 4/2013 por la cual las empresas de trabajo temporal pueden ceder trabajadores en las mismas condiciones que la empresa donde va a trabajar esa persona, pudiendo realizar un contrato para la formación y el aprendizaje (es decir, que podían colocar a becarios).
Por supuesto, el día a día y el paso del tiempo permitirán que siga habiendo más reformas normativas que logren equilibrar la ley de empresas de trabajo temporal al sistema actual derogando o aplicando nuevas normas con el objetivo de una ETT: hacer que las personas encuentren trabajo.
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